
Tony Scott, interpreta al codicioso obispo Waleran Bigod.
Impresionante en persona, muy hablador y alejado del prototipo de estrella a pesar de su Globo de Oro por 'Piratas del Caribe 4'.
En 'Deadwood' hizo del villano Al Swearengen y en 'Kung Fu Panda' dobló al malvado Tai Lung. Ahora en 'Los Pilares de la Tierra' interpreta al cruel obispo Waleran. ¿No está cansado de tanto malo?
No diría que son malos. Son complicados. Los prefiero a los típicos buenazos de película.
Pero ahora no existen los absolutos. De series como 'Mad Men', donde el protagonista tiene sus luces pero también sus sombras...
El caso de Waleran es más especial porque cree ser un hombre de Dios. Se ve así a sí mismo. Creo que se sentiría muy a gusto en el Vaticano. Sólo le interesa el poder, se autoflagela y no le importan las personas. Me recuerda a Judas Iscariote y a la relación que mantenía con Jesucristo. Judas no podía conectar su corazón con su cabeza, y Waleran tampoco.
Justo lo contrario al prior Philip, el personaje de Matthew MacFadyen.
Exacto. Philip es un sacerdote sencillo y representa a Dios en la Tierra, a la fe. Waleran encarna más el poder eclesiástico. Él es la jerarquía y por eso la gente tiene miedo de matarle. Pero no es malo del todo. 'Los Pilares de la Tierra' está ambientada en un tiempo en el que la Iglesia se situaba por encima de las personas. Bueno, ahora no ha cambiado mucho la situación. Los pobres se sienten atraídos por la grandeza de la Iglesia con la creencia de que irán a una vida mejor después de la muerte. Yo no comparto esa idea.

Como Waleran Bigod, en 'Los Pilares de la Tierra'.
¿Qué ha pasado en EE UU para que una producción del estilo de 'Los Pilares', casi cinematográfica, llegue a la televisión en lugar de a la gran pantalla?
Que las cadenas por cable tipo HBO o Showtime hagan productos para adultos y el cine sea sólo para comer palomitas, para un público infantil. Ahora mismo se hace mejor televisión que cine.
¿No existe cine de calidad?
En España o en Italia todavía tenéis tradición de cine de calidad, pero en EE UU las grandes productoras se comen los proyectos independientes, que los hay, y sólo ofrecen productos de masas. 'Los Pilares de la Tierra', por ejemplo, es una producción alemano-canadiense con el apoyo de los hermanos Ridley y Tony Scott. La cadena Starz confió en 'Los Pilares' y la serie ha tenido muy buenas críticas en EE UU.
¿No se hubiera hecho sin la iniciativa europea?
Por supuesto que no. En América sólo saben copiar lo que tiene éxito. 'Kings' (NBC). Era una serie que contaba la historia de David y Saúl ambientándola en una América con forma de reino. ¡Y no supieron venderla! Al final la promocionaron como la batalla entre David y Goliath.
¿No se imagina 'Los Pilares' en un canal en abierto?
En España os suena raro porque tenéis grandes directores. La televisión americana en abierto hace contenidos para borregos. 'Los Pilares' ha tenido un presupuesto de 44 millones de dólares y se ha rodado en ciudades como Budapest. Yo había trabajado antes con Sergio Mimica-Gezzan [director de la miniserie] y le auguro un futuro prometedor. Es un genio y le han dejado dirigir todos los episodios, crear una coherencia argumental. Probablemente la serie vaya despues a un canal en abierto. Pero el mundo del cine americano es engañoso.
¿A qué se refiere?
Vosotros tenéis un buen ejemplo en Pedro Almodóvar para poder hacer lo que quería. Ahora es muy popular en América.

Como Al Swearengen, en 'Deadwood'.
¿Y usted es muy selectivo?
Afortunadamente, me lo puedo permitir. Este año he grabado 'Los Pilares' en seis meses y ahora haré 'Piratas del Caribe'. Después me pondré a descansar y a ver qué pasa. También estuve retirado tres meses para operarme del hombro y hasta hice una obra del escritor Harold Pinter en Broadway.
¿Cómo decidió participar en 'Los Pilares'? ¿Se había leído el libro de Ken Follett?
Lo hice, pero después de leerme el guión para la miniserie, un estupendo trabajo de John Pielmeier. La verdad es que no es mi estilo de novela para nada. No habría hecho la serie si me hubiera leído antes el libro. En la miniserie se individualiza más la historia y, por ejemplo, se acentúa mucho más la relación entre Waleran y Philip. Los personajes son más vibrantes. Waleran está más definido en estos ocho capítulos que en la obra de Follett.
¿Gustará a quienes se hayan leído la novela?
Habrá mucha gente que la critique. A mí me gustan más otras novelas de Follett antes que 'Los Pilares', pero muchos de sus lectores lo consideran su mejor libro. Condensar 1.200 páginas en ocho capítulos no es nada fácil. A pesar de todo, creo que la serie gustará.
¿Siente un plus de responsabilidad con 'Los Pilares' por ser más conocido? Su papel en 'Deadwood' le catapultó a la fama.
Mi respondabilidad consiste en hacerlo lo mejor que pueda. En la serie teníamos actores británicos muy buenos y otros muy jóvenes. Tandem, la productora alemana, y los hermanos Scott tuvieron mucha fe en ellos. Y respecto a 'Deadwood'... Me alegro de que tuviera éxito. La hubiera hecho durante diez años. David Milch, su creador, es un visionario. Terminarla fue una decisión política y HBO se ha arrepentido.

Como el rey Silas Benjamin, en 'Kings'.
¿Se ha inspirado en algún caso real para su Waleran con todas las polémicas que han salpicado últimamente a la Iglesia? Hay momentos en los que su personaje parece una pintura de Caravaggio.
La Iglesia ya tiene bastante con lo suyo. En la época de 'Los Pilares' no daba explicaciones por sus actos y no ha evolucionado mucho desde entonces. Es como el Partido Republicano. Todos sus ideales se desmoronarían si hiciera examen de conciencia. Y la parte estética... Queríamos que fuera de ese modo. La novela describe a Waleran como una sombra que aparece y desaparece, un cuervo que nunca alza su voz más allá de lo necesario. De ahí el pelo que luce mi personaje y su carácter
¿Cómo cree que reaccionarán los españoles al ver 'Los Pilares'?
Me interesa mucho conocer vuestra reacción. Ken Follett no se caracteriza por su religiosidad, pero en países como España o Italia la Iglesia sigue teniendo mucho poder. En la novela no se recoge tanto la religión, como la fe. A ver cómo la recibíis.
Santiago Gimeno