"Sabía que yo era el mejor": el único papel de la carrera de Brad Pitt que sabía que había nacido para interpretar
Sara Heredia
Sara Heredia
-Redactora jefe SensaCine
Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

El actor estaba convencido de que era la mejor opción para ese personaje. Y lo demostró

A día de hoy, ¿quién se atrevería a decir que hay otro actor mejor que Malditos bastardos? En todos esos casos vemos a Pitt y a nadie más y es que si un personaje cae en sus manos se convierte en suyo al 100% a los ojos del público.

No sucede así en la mente del actor, quien sufre de cierto síndrome del impostor y cree que siempre hay alguien mejor para los roles que acepta. En todos casos, salvo en uno. Hay un personaje que Pitt sabe que nació para interpretar: Tristan Ludlow de Leyendas de pasión.

Leyendas de pasión
Leyendas de pasión
Fecha de estreno 10 de marzo de 1995 | 2h 13min
Dirigida por Edward Zwick
Con Anthony Hopkins, Brad Pitt, Aidan Quinn
Medios
2,6
s
4,3
Ver en Movistar Plus+

Cuando comenzó la década de los 90, el joven intérprete e ídolo de masas andaba buscando retos en su carrera. Así terminó interpretando al asesino de Kalifornia, por ejemplo. "Quería ir a un lugar donde a alguien le importara algo, ¿sabes? Que le importara algo. Mira, lo pedí. Elegí los más difíciles que pude encontrar", asegura en una entrevista con Vanity Fair.

Después de esa Kalifornia y de Entrevista con el vampiro, se embarcó en Leyendas de pasión, donde no solo interpretó al personaje, también fue la primera vez en la que participó en el guion y ayudó a que la novela cobrara vida.

Siempre he pensado que habría alguien mejor para la mayoría de los papeles que he aceptado. Pero sabía que yo era el mejor para interpretar a Tristán. Lo supe en cuanto lo leí. Conocía los rincones, las curvas del camino, sabía exactamente adónde iba. Mi dificultad fue conseguir que otros lo vieran como yo

Pitt estaba muy seguro de su versión del personaje, pero chocaba con la del director, Ed Zwick. "Nuestro proceso no estuvo exento de tensiones ni pasiones", señala el cineasta, "Brad tiene grandes impulsos artísticos, grandes instintos. Pero en el mundo de la actuación, se saltó muchos pasos. No es menos emotivo, pero sí menos expresivo, y el papel requería una verdadera revelación personal. De donde él viene, uno se guarda esas cosas para sí mismo".

El conflicto empeoró cuando el actor vio el montaje final y comprobó que el director había recortado varias escenas en las que Tristán se hundía en su locura. Según Pitt, eran momentos clave para el personaje, pero Zwick prefirió dar profundidad a otros aspectos de la cinta. La cinta se estrenó y fue un éxito en taquilla al mismo tiempo que los críticos la acogieron medianamente bien.

Este fue el inicio de un periodo en el que la oscuridad de sus personajes terminó afectando a su vida personal. "En algún momento de la tercera o cuarta semana, reaccionas a las cosas de manera un poco diferente, como lo haría tu personaje. No me gusta", reconoce, "soy el primero en decir que una película es todo policías y ladrones, pero me afectó. [...] No puedo esperar a volver a ponerme mi propia ropa, escuchar buena música, comer lo que quiera. Las películas son muy complicadas. No te das cuenta de lo que se necesita para hacer una buena película. Sentado en casa en Missouri, seguro que no".

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