Con más de 30 años dedicados a la industria cinematográfica, Robert De Niro, que había quedado tan impresionado con su trabajo que incluso le habló de él a su amigo Martin Scorsese.
Seis veces nominado al Oscar y ganador en una ocasión por Alejandro González-Iñárritu y un largo etcétera.
Sin embargo, hasta 2008 no había tenido la oportunidad de trabajar con Ridley Scott, el veterano director de cine británico responsable de películas tan icónicas como Alien, Blade Runner o Gladiator.
A menudo no es uno de sus trabajos más recordados, pero Leonardo DiCaprio fue uno de los protagonistas del thriller de acción David Ignatius en la que interpretaba a un oficial de la CIA destinado en Oriente Medio para dar caza a un peligroso terrorista.
Aquella fue la primera y la única vez que trabajó junto a Scott, pero el cineasta logró sorprenderle, tal y como contó en una entrevista con GQ durante la promoción: "El estilo de Ridley es completamente diferente a todo lo que he hecho antes. Es capaz de ver la película con sus ojos; puede editar mentalmente mientras observa siete monitores. Y le gusta simplemente dejarte expuesto a los elementos y ver qué haces. Luego entra y dice: 'Esto es lo que hay que cambiar".
El actor profundizó comentando una anécdota que le sorprendió mucho durante el rodaje: "Estoy en medio del desierto, apuntando con un arma a alguien en una cueva, y oigo a un ayudante de dirección decir: 'Nos acaban de decir que Ridley quiere un 747 sobrevolando ahora mismo. Solo van a ser un par de segundos. Está en espera; está dando vueltas, esperando ahora mismo'", recordaba DiCaprio. "Hay un grupo de personas trabajando veinticuatro horas al día, dándole a Ridley lo que quiere, y Ridley quiere ciertas cosas en ciertos momentos. Fue una película increíble en la que participar".
"Me recordó a una experiencia en el Titanic", llegó a confesar DiCaprio en referencia a las impresionantes exigencias de los directores siendo hechas realidad por un inmenso equipo contratado para que puedan hacer todas sus ideas realidad. "James Cameron decía: 'Bueno, tenemos que inundar los dos pisos superiores, y quiero una ola gigante, y quiero que 400 extras salten por la ventana mientras eso sucede'. Y yo pensaba: 'Genial'. Y alguien decía: 'Lo tendremos listo en veinte minutos'. Y yo pensaba: '¿Qué?', Simplemente no tengo esa clase de cerebro".