Después del bombazo de la primera Piratas del Caribe: En el fin del mundo fue la película más cara de la historia en el momento de su rodaje, con 300 millones de dólares (ahora está en un meritorio puesto 14). No os preocupéis por Disney: ganaron el suficiente dinero como para querer seguir con la saga.
No iban a ser piratas de las Bahamas 2xe3
Esta secuela salió bien, pero podría haber sido un desastre, porque los guionistas, el director, James Byrkit para hacer un storyboard detallado de las secuencias más importantes para rodarlas sin guion, y los guionistas hicieron una especie de boceto para que el equipo lo usara hasta que terminaran el guion. Al final, después de que Disney amenazara con cerrar del todo el chiringuito, los guionistas accedieron a ir al rodaje para sus reescrituras. Que la película fuera tan divertida como es, es prácticamente un milagro.
Curiosamente, les dio tiempo para introducir algunos hechos reales escalofriantes. Por ejemplo, en una escena vemos cómo van a ahorcar a un adolescente, que mira la horca con preocupación, y no es una escena exagerada o ficcionada: en la Gran Bretaña del siglo XVIII se castigaba por igual a niños y adultos, y un motivo para acabar con criaturas de entre 7 y 14 años podía ser "gran evidencia de malicia". Y ya estaría.
Orlando Bloom y Keira Knightley anunciaron en 2010 que no tenían intención alguna de volver a la franquicia, pero en 2017 él decidió volver. El público de prueba reaccionó de manera desfavorable, porque no les gustaba ver a Will Turner sin Elizabeth Swan. De alguna manera convencieron a Knightley de aparecer en un plano sin diálogos al final de la película, siendo todos bastante conscientes de que probablemente les pedirían aparecer en la siguiente de alguna manera. Pero no hubo siguiente, por más que los directores prometieran que este era solo el inicio del fin. ¿Volveremos a surcar el Caribe algún día?
