
A sus 94 años, Sergio Leone. Hasta entonces, el trabajo más conocido de Clint Eastwood había sido su papel en la serie wéstern Cuero crudo y sin duda acertó aventurándose a viajar a Italia para probar con lo que acabaría siendo un género cinematográfico en sí mismo, el spaguetti western.
En aquella película, Clin Eastwood encarnaba al que sigue siendo uno de sus personajes más recordados, El hombre sin nombre, al que también se asocia un gesto único que acabaría siendo un rasgo inconfundible del actor.
Sin embargo, pocos saben que esta famosa mueca fue fruto de la casualidad. Dos coincidencias que hicieron torcer el gesto al entonces joven actor de forma completamente natural.

Si en su momento fue el director Sergio Leone quien encontró su poncho y se lo puso sobre los hombros, fue el propio Clint Eastwood quien encontró su famosa sonrisa y sus famosos ojos entrecerrados en un gesto que sería historia del cine.
Se lo debemos a dos elementos combinados: en primer lugar, los famosos puros que fuma el Hombre sin nombre en la película: cigarros toscanos, "duros y fuertes", en palabras de Leone en Conversaciones con Sergio Leone de Noël Simsolo, que resultaban a Eastwood de lo más desagradable. Mientras para el personaje eran un rasgo definitorio, Clint Eastwood, no fumador, no lo pasó nada bien fumando puros. Curiosamente, él mismo eligió la marca por su autenticidad visual, puros Virginia, pero no estaba preparado para el sabor fuerte y amargo que tenían.
"Salí y compré un montón de puros que pensé que quedarían bien en una película del Oeste. ¡No tenía idea de que tendrían un sabor tan repugnante!", contó el propio Eastwood en una entrevista con Empire en 2009.
Asimismo, su entrecerramiento de ojos nació durante el rodaje, puesto que el actor tenía, además del cigarro que le hacía hacer muecas, el sol dándole directamente en los ojos y también lámparas de 115 a 120 voltios al máximo tratando de iluminar su rostro lo mejor posible.
Y así nació una leyenda. Porque es este entrecerrar los ojos lo que dará todo su poder a los héroes interpretados por Clint Eastwood, ya sean tipos duros o personajes más suaves. Y precisamente porque sus ojos estarán entrecerrados la mayor parte del tiempo, su apertura, como en la escena final de Sin perdón, acabaría marcando la determinación del personaje en cuestión.