En los años 90, la crítica cinematográfica era importante. Puede que no decidiera el destino de los blockbusters, pero sí que había gente prestando atención a lo que los críticos decían sobre los estrenos más allá de tomates espachurrados y numeritos. Solo en esa época podía vivir algo como At The Movies, el programa donde Roland Emmerich.

Godzilla contra la crítica de cine 5k344v
No es que ambos críticos hubieran puesto muy bien a las películas de Emmerich antes de Godzilla y poder machacarles a placer.
De hecho, en un acto muy poco sutil, el alcalde de la ciudad se llamaba "Alcalde Ebert" y su asistente "Gene", con un parecido físico asombroso. Esa fue la manera de Emmerich de devolverles un puñetazo a la cara, aunque no le salió muy bien: ambos pusieron a la película una estrella y media y lamentaron, de hecho, que el monstruo no se los comiera. ¿Puede haber una humillación mayor que tratar de reírte de alguien en una película y que a ese alguien no solo le de igual, sino que pegue de vuelta y mejor?

"Esperaba ser aplastado como un bicho por Godzilla. Ahora que he inspirado un personaje en una película de Godzilla, lo que realmente aún deseo es que varios personajes de Ingmar Bergman se sienten en círculo y se lean mis críticas entre ellos con tono apagado", escribía Ebert en su crítica del Chicago Sun-Times. Ahora esto se habría solucionado por parte de Emmerich con un tuit muy enfadado y una crisis de reputación online. Son, bueno, otros tiempos.